A galope tendido y con el brillo potente que le concedía el juego de armadura negra que llevaban tanto él como su caballo, encaraba a la legión de mercenarios que protegían la entrada al castillo.
Con la visera de su casco subida para asegurarse de que sus enemigos tenían como última visión la de su sonrisa y su mirada, acompañado todo con su fuerte carcajada del que se sabe vencedor antes de comenzar la batalla ... carcajada que era correspondida con un relincho, más parecido a una burla humana, que emitía su poderoso corcel de más de dos metros de altura ... con una imponente musculatura pero más imponente velocidad.
Con sus casi dos metros de altura y su Claymore, que aunque debía ser blandida a dos manos, el la portaba con su brazo derecho mientras que en el izquierdo aferraba con fuerza las riendas y el escudo con su emblema ...
Ante impresionante imagen los enemigos siempre actuaban de la misma forma; primero un silencio helado provocado por esa mezcla de extraña risa humana y burla animal ... esa mirada imponente y firme debida a dos ojos enormes y negros que a pesar del color, brillaban como dos luceros en una noche cerrada; seguido de un sentimiento de huida anta una muerte segura a manos de aquella espada de dos metros que el caballero portaba con gran agilidad a una sola mano.
Tras una primera carga con su poderoso caballo y su armadura laminada, las bajas ya se pueden contar en el resto dejado tras de sí ... llegando hasta el final del ya disperso grupo de defensores.
Un giro más ... un par de mandobles diestros, varias cabezas rodando y el resto del grupo que sale huyendo como alma que lleva el diablo
- Jajajajaja, esto les hará aprender que hay cosas en esta tierra que son inmutables ...
Desmonta y asciende por el castillo en busca de su objetivo, otra princesa de un castillo lejano, raptada por un déspota estéril ...
- No podrás llevártela, soy el amo de est...
La sangre le corre por la garganta atravesada por la daga que hábilmente fue lanzada nada más entrar en la sala.
- Venga señora, vayámonos antes de que caiga la noche.
Tras dos días de casi continua cabalgata llegan al castillo ...
Vítores, aplausos, festejos, payasos, recitadores, cantantes y caballeros diciendo que eso también lo hacen ellos ... pues hubieras ido tú!
Habitación de oro, baño de plata, agua tibia ... lo mismo de siempre.
Llega la noche y la princesa entra a oscuras en la habitación, despierta al caballero con un beso y no termina hasta el amanecer en el que tiene que volver corriendo para no ser descubierta antes de que la sirviente entre para ayudarla con el vestido.
A la mañana siguiente el caballero es llamado a los aposentos del rey, para agradecerle eternamente por sus servicios, por rescatar a su hija ... pero que lamentablemente no puede dársela en matrimonio, al no tener castillo teme que se debilite la frontera; que lo entienda ...
La misma historia de siempre, cuando entenderán que el castillo es el forjado entorno al corazón y a la persona.
- No se preocupe, mande preparar mi caballo, no seré más tiempo estorbo, no ocupo el tiempo de quien sólo puede dedicarme el que le sobra.
Una vez más ataviado con su armadura y sobre su caballo, se dirige a las afueras del castillo ... mientras comienza una fuerte tormenta.
Detiene su caballo ya a las afueras del castillo, reina una increíble paz, un increíble silencio, sólo roto por el sonido de la lluvia sobre los verdes prados y los fuertes árboles.
Jinete y montura clavan su mirada en el horizonte, donde se divisa la clara luz de una zona sin tormenta.
El jinete emite una sonora carcajada que es correspondida por la montura, con un relinche que bien pondría los pelos de punta al mismísimo señor de los infiernos!
Se baja la visera de un golpe ... sonido suficiente para su montura para iniciar por iniciativa propia un fuerte galope en dirección al origen de la clara luz ...
- Algún día aparecerá una princesa con un rey cuyo único castillo que exijan sea un corazón puro y una mente limpia ...